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Caso Muhlberger, la lista de precio de los "tratamientos"


Una de las personas que más información tiene sobre Mühlberger es Juan Roccabruna, quien fue recepcionista del centro desde enero. Después del allanamiento, denunció que la abogada laboralista de “Klinik Mühlberger”, Liliana Golia, le habría escrito: “Vi que estás empezando a hablar. Yo te dejo advertido, por si te pasa algo, así que mejor no cuentes nada de las cosas que pasan dentro de la clínica”, según consta en la denuncia por amenazas que radicó Ignacio Trimarco, abogado de Roccabruna. Ella, en cambio, asegura que su intervención fue en "buenos términos" y que Roccabruna "hace todo esto por fama". La causa se tramita en la UFIJ N°3 de Avellaneda.

Entre las tareas que hacía Roccabruna dentro de la clínica estaba la de dar presupuestos. En diálogo con NOTICIAS, el ex recepcionista recuerda: “Cada persona tiene una billetera distinta. Dependiendo del poder adquisitivo y de quién es, cambia el precio. No hay solamente una historia clínica sino también una especie de indagación a cada paciente donde la secretaria pregunta a qué se dedican para ver cuánta plata tienen”.

Los valores de los “procedimientos”, como los hacía llamar Mühlberger, eran en dólares, según explica Roccabruna. Los tratamientos más exclusivos, una vacuna antiage y el “Nanofat by Mühlberger”, que consiste en inyectar células madre en el pene para engrosarlo, y valían 5.000 dólares. “La vacuna supuestamente la traía de Suiza”, señala el ex recepcionista.

También ofrecía una larga lista de tratamientos faciales y corporales, muchos con láser, que arrancaban en los 2.500 dólares. Una paciente denunció que hace tres meses pagó 4.000 dólares por un tratamiento con láser no invasivo, pero que cuando llegó al box la anestesiaron y se despertó con dos cánulas que estaban conectadas a una máquina.

El producto estrella de Mühlberger, los sueros quelantes, rondaban entre los 350 y 650 dólares. Las sustancias que tienen son zinc, selenio, potasio magnesio y oligoelementos. Los “shocks vitamínicos”, como explican en la página de Mühlberger, eran vendidos junto a tratamientos de aparatología para tonificar. Cada sesión costaba desde 300 dólares, y recomendaban al menos ocho para ver resultados.

Por último, ofrecía su tan conocida terapia ortomolecular, que busca mantener la salud y rejuvenecer a través de suplementos nutricionales. “Todos se van con una receta con suplementos del doctor. Esto es sí o sí, nunca un paciente se va sin suplementos, aunque se supone que hay algunos que no tienen que equilibrar sus vitaminas. Estamos hablando de presupuestos que yo imprimía todos los días a una clienta promedio por 30 mil pesos en adelante, solo por suplementos”, explica Roccabruna. En esa línea, aclara que, si bien cada frasco de cápsulas, gotas o polvo costaban entre 1.000 y 3.000 pesos, “nadie tenía menos de tres diferentes” y se armaba un plan para varios meses, haciendo que aumentara la cuenta final.

Algunos de los nutrientes que vendía son muy comunes, como spirulina y vitamina D, y se pueden encontrar en la tienda online de su dietética “Emibio”. Sin embargo, dos se hicieron muy conocidos cuando estalló este escándalo. Por un lado, ofrecía un antiviral para el coronavirus con 60 cápsulas por 4.500 pesos. Por otro, vendía un suplemento con cacao llamado “Reduprot” por 2.100 pesos.