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Pagan 38 millones de dólares por un dinosaurio


Muchos se morían por los huesos de Stan, el Tiranosaurio rex que este martes se subastaba en la venta de arte del siglo XX de Christie’s en Nueva York, e hicieron falta casi 20 minutos de intensa puja entre varios postores para que uno por teléfono ofreciera en la subasta, virtual por el coronavirus, los 27,5 millones de dólares que hicieron caer el martillo definitivo. Sumando comisiones y tasas, el precio final pagado por el comprador, de momento no identificado, se eleva hasta los 31,8 millones de dólares.

Es un precio que casi cuadriplica los ocho millones de dólares que la casa de subastas había ofrecido como estimación más alta. También deja pequeños los 13,5 millones (teniendo en cuenta la inflación) que se pagaron en Sotheby’s en 1997 por Sue, un ejemplar de T-Rex algo más grande y completo que Stan excavado también en las Cretaceous Badlands que se extienden por las Dakotas, Wyoming y Montana, y que gracias al respaldo de fondos privados y de grandes corporaciones como McDonald’s y Walt Disney acabó en el museo Field de Chicago.

Ahora queda ver si una operación similar está tras la compra de Stan para calmar la preocupación de la Sociedad de Paleontólogos de Vertebrados, desde donde hace unos días declaraban a este diario temer que si este espécimen de unos 67 millones de años acababa en manos privadas podría perderse para la ciencia. Stan es el T-Rex más reproducido y sus réplicas están en unos 60 museos de todo el mundo y el original ha podido ser estudiado desde los años 90 en el Black Hills Institute de Dakota del sur pero el miedo es que si no sigue en manos de una institución científica no puedan ratificarse investigaciones cuando vayan apareciendo nuevas técnicas.

La venta del Lote 59, el imponente Stan con sus 188 huesos y dientes y sus casi 12 metros de largo y cuatro de alto  puso el broche de oro a la velada de Christie’s, donde cuatro de las 58 obras de arte se retiraron antes de que empezara la subasta y nueve no encontraron comprador pero gracias a ventas como la del dinosaurio y obras de Cy Twombly, Mark Rothko, Pablo Picasso y Paul Cezanne, entre otros, acabaron con 340,8 millones en la caja. Y los neoyorquinos, sea quien sea el comprador, podrán observar el original hasta el 21 de octubre, pues hasta entonces Christie’s lo mantiene expuesto en su sede en el Rockefeller Center y ha transformado una de sus paredes en ventana para que se pueda ver desde el exterior.